ACTIVIDAD 1.1- Aspectos socio-políticos de la comunidad
escolar y del currículo escolar:
1. Explica de
forma sencilla y clara las diferencias y la relación entre sistema político, régimen
político, sistema electoral y sistema de partidos.
Las
claras diferencias serán los focos de interés de cada término; mientras que el sistema político se basa en
las instituciones, grupos o procesos políticos, el régimen político se centrará
más en la estructura y procedimientos de estos, por otro lado el sistema
electoral marcará las pautas que harán posible la votación y la transformación
de ésta en puestos institucionales, y por último, el sistema de partidos tendrá
en cuenta la interacción de partidos políticos dando lugar a un modelo
específico de funcionamiento del sistema político en su conjunto.
En
cambio, la relación entre estos diversos términos es que si funcionan
conjuntamente dan lugar a la democracia de un contexto determinado, ya que todos
estos a través de un conjunto de normas y funciones, llevadas a cabo por
instituciones o grupos políticos, dan lugar a una sociedad con un sistema político determinado por las
votaciones de los integrantes de ésta y que velará por los intereses de los
ciudadanos de ella.
La
explicación de ello es que el sistema político aporta las instituciones, grupos
o procesos políticos necesarios para que a través de normas y procedimientos
dadas por su régimen político darán lugar a las votaciones donde los ciudadanos
decidirán quién adquiere el poder a través del sistema electoral y el sistema
de partidos, por el cual se lleva a cabo la interacción de estos partidos dando
lugar a un funcionamiento específico del sistema político en su conjunto.
2. Explica de forma sencilla y
clara los distintos significados que se pueden atribuir al concepto de
democracia.
El concepto de
democracia adquiere diversos significados
debido a la complejidad para dar una definición concreta. Este hecho tiene
lugar debido a las múltiples dimensiones que ésta puede acatar.
En la
Antigüedad se basa en la necesidad de pluralidad y en la igualdad de acceso al
poder, siempre se suele unir al término “régimen
político”, orientándose así a principios de constitucionalismo liberal. El
enfoque durante este momento será sociopolítico.
La forma
moderna, aparece en América aunque su expansión no es lineal y se relacionará
con la aparición y consolidación de ideas y prácticas democráticas, por lo que
la democracia puede haber sido inventada más de una vez y en más de un lugar.
Pero en la
democracia moderna, es imposible la intervención de todos los ciudadanos, por
lo que esa democracia de participación solo es posible a través de la
representación y agregación de intereses en partidos políticos.
Convencionalmente,
la democracia se define en oposición al autoritarismo, pero a menudo las
dictaduras fascistas y comunistas se han bautizado como democracia orgánica o
popular.
Habrá autores
como Schumpeter, que verá la democracia como un mercado, en el que distintos
grupos y personas compiten para ganarse los votos de los electores, de los
consumidores políticos.
Con ello la
democracia tenderá a combinarse por el desarrollo y la modernidad estructural.
Por otro lado,
las diversas dimensiones de la democracia son causadas porque su evolución
institucional (formas de organización concretas) y semántica (por su
significado) discurrió siempre entre interrumpidas experiencias históricas, por
lo que es imposible el concepto con unidad de significado. Razón por la que es
difícil definirlo pero no imposible.
Nos podemos
centrar en dos focos para definirla; la democracia como objeto (en esta
perspectiva preguntamos ¿qué es la democracia?) y la democraticidad como
adjetivo que gradúa su existencia (en cambio en esta preguntamos ¿cuánta
democracia existe?).
Koselleck,
destacará 3 características que sitúa como fundamentales sobre conceptos
sociopolíticos y que permiten sistematizar el significado de democracia.
Por un lado
tenemos la experiencia histórica, que dará un cambio en el significado de la
democracia, donde ésta pasará de “el gobierno del pueblo” a “el gobierno de los
políticos”. Y además veremos 2 matices que se darán en sentido de la democracia
moderna; la democracia realista y la
democracia de la razón (SARTORI, 1993)
El primero se
basará en la Revolución Anglosajona, basada en la restauración de los derechos
usurpados durante el absolutismo de los Tudor y Estuardo. Será una
reivindicación gradual parecida a la Declaración de Independencia americana.
Estas experiencias nos reflejan un matriz realista respecto a la política, por
lo que se entenderá la democracia como un objeto
de hecho.
El segundo se
dará en la Revolución Francesa, que romperá con el pasado bajo una democracia
que defienda la libertad, igualdad y
fraternidad. Por ello en este
caso se entiende la democracia como un ideal.
Por tanto, el
primer matiz se fundirá en el EMPIRISMO y PRAGMATISMO y EL segundo matiz en el RACIONALISMO.
Por otro lado
veremos la democracia como una construcción en proceso, donde se tratará a
través de proyectos políticos concretos que se encuentran en disputa y cuya
repercusión en el mundo práctico tiende a ser naturalizada, tal y como ocurre
hoy en día con el liberalismo
Por último,
vemos como la definición de la democracia abre historias posibles de realizar.
En esta
definición encontramos un modelo democrático liberal donde el rol del Estado
deberá garantizar libertades individuales y su poder se restringirá a regular
conflictos entorno a la participación en política, se relegará a elección de
representantes.
Por ello se
requerirá una ciudadanía comprometida con lo público, y no sólo con el desarrollo
de la esfera privada. Se intentará imponer un orden al mundo, y con ello proyectar
un horizonte de posibilidades: un sujeto vinculado o desvinculado de la
comunidad, un Estado que concentra o distribuye el poder y una sociedad civil
que se orienta hacia lo público o lo privado (ÁGUILA R. D., 2000) . Legitima
estructuras y discursos, abre y cierra posibilidades, jerarquiza valores y
prioridades, da y quita cuotas de poder, impone roles, deberes y obligaciones.
3. En qué tenemos que fijarnos
para valorar si una sociedad es más o menos democrática que otra.
Para que una
sociedad sea democrática la autoridad debe ser ejercida por una mayoría de los
miembros de la comunidad política.
Aunque el
concepto ha variado mucho con el paso de los tiempos, dado que en un principio
todos tenían derecho a acceder al poder y el régimen político se orientaba aun
constitucionalismo liberal, pero con el crecimiento de las ciudades y los
cambios que se han ido suscitando se hace imposible la intervención de todos
los ciudadanos, ya que esa democracia de participación ahora solo es posible
por medio de representación y agregación de intereses en partidos políticos.
Algo que
caracteriza a la democracia es la forma de elección de representantes, dado que
se realiza a través del sistema electoral dando lugar a la participación de los
ciudadanos, que votarán dependiendo de sus intereses políticos y las decisiones
que estos esperan que tomen sus elegidos, para encaminar a la sociedad. Sin una
libre votación respecto al poder, no sería posible vivir en democracia.
Además para
amparar a los ciudadanos de gobiernos tiranos, siempre debe de haber leyes que
protejan las libertades e intereses del pueblo ante posibles excesos políticos.
La democracia
siempre ha sido una oposición a autoritarismos que acaparan el poder y suprimen
libertades del pueblo, a lo largo de la historia, ha habido momentos en los que
la democracia ha brillado por su ausencia debido a dictaduras fascistas y
comunistas que han ido suscitando en diversos países y que tras acabar han dado
lugar a la ansiada democracia donde reinaba la igualdad y libertad de los
ciudadanos.
Por tanto,
tras este repaso podemos concluir que una sociedad democrática se valorará si
se rige por la libertad e igualdad de sus integrantes, lo cuales por medio de
votos eligen al gobierno que velará por sus intereses y no se aprovecha del
poder para ir en contra de los principios que todo representante político
debería tener.
4. En qué tenemos que fijarnos
para valorar si un centro educativo es más o menos democrático que otro.
La educación
funciona como un instrumento para facilitar la integración de la generación más
joven en el sistema; o bien actúa como realidad por la cual los hombres
descubren la forma de participar en la transformación del mundo. Es decir, a
través de la educación se les inculca criterios de una sociedad democrática en
la que deberán de convivir en igualdad y respeto con el resto.
Aunque a
menudo, se cree que la democracia no forma parte del centro educativo no es así,
dado que debemos vivir la democracia en todos sus ámbitos no solo en lo que se
refiere al gobierno y la administración sino empezar desde abajo, desde las
escuelas y sus sistemas, formando centros que se rijan por leyes democráticas
de funcionamiento.
Por ello si
queremos una enseñanza arraigada al contexto, debemos usar la información que
se nos aporta de otras ciencias para desarrollar la capacidad de actuar con
autonomía, solidaridad y crítica ante conflictos que puedan darse en la
sociedad en la que vivimos y hacer comprender a los integrantes de ella que por
medio del diálogo y negociación, podemos resolver diferencias entre grupos y
personas. Es decir, a través de observaciones y estudios de otras ciencias
podemos determinar lo que los centros educativos necesitan para llevar a cabo
una educación democrática que garantice futuros ciudadanos inmersos en una
sociedad democrática.
Los docentes
en la escuela consecuentes con ello debemos tener el deseo de cambiar y
democratizar la escuela, dado que la mejora de la sociedad tiene que ver y
mucho con los centros educativos y su forma democrática, no debemos caer en la
tentación de ver únicamente la relación entre hábitos de participación en el
funcionamiento de la institución escolar, sino que debemos asociar los
problemas sociales o escolares a la selección de contenidos.
Para construir
a través de esto una forma educativa que sea democrática debemos tener en
cuenta diversas funciones del centro como puede ser la selección y organización
del contenido cultural, la interacción profesorado-alumnado en el aula, la toma
de decisiones o la evaluación tanto del alumnado como del centro.
Esto nos
llevará a innovar los procesos educativos y materiales utilizadas para orientar
así las nuevas prácticas a una enseñanza más útil para la emancipación de todas
las personas. Pero preocupa el hecho de
que los centros o equipos innovadores con el paso del tiempo agoten sus fuerzas
de innovación y hagan que ésta solo sea posible a ratos.
Este proceso no
se tratará de hacer teorías de la democracia y del currículum que ya estaban
hechas sino de facilitar el uso de esas teorías sobre la democracia real y la
construcción de la ciudadanía para decidir y organizar un plan propio de
reformas reales del centro. Con ello se quiere que cada equipo o profesor, cree
su propia práctica y decida sobre sus deseos y posibilidades de democratizarla.
Es decir, lo que prima son las estrategias que cada profesor lleve a cabo y la
forma de desarrollarlas.
Estos procesos
de cambio tendrían un gran impacto si se llegasen a imponer en las escuelas,
dado que se guiaría hacia una forma más práctica de educar en la que importa el
contenido y la estructuración.
Para vivir la
democracia, será necesario entonces que sindicatos y movimientos de renovación
pedagógica así como universidades se unan y organicen los recursos para crear
redes de centros por la democracia para conformar una escuela más pública y
aulas más críticas. A todo ello se le suma que toda democracia deberá ofrecer
la igualdad de clases, es decir, no por nacer en un lado o en otro o tener
padres con rentas diferentes se opta a una educación con características
inferiores o diferentes sino que uno de los principales significados de
democracia debe ser la igualdad y el derecho en los centros educativos.
Por último, si
miramos atrás y comparamos la escuela actual con la de hace años, comprobamos
un enorme cambio hacia una escuela más libre y democrática. Esto es resultado
de cambios tanto de mentalidad como de funcionamiento, dado que en un principio
la escuela no gozaba de libertad de expresión, ni siquiera de participación ya
que al comienzo, las mujeres no podían adquirir conocimientos en la escuela.
Esa escuela de entonces tenía mucho más que ver con regímenes autoritarios o
absolutismos que con regímenes democráticos de los que gozamos hoy en día.
Con el paso de
los años y el cambio que la sociedad ha ido adquiriendo, se ha ido moldeando un
sistema educativo igualitario en lo que a sexos se refiere y de libre
expresión, algo que caracteriza a la democracia que se ha ido adquiriendo en
las aulas y la cual ha impulsado al cambio produciendo con ello la educación de
hoy en día.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:
- González, F. (2004). La Democracia como concepto Sociopolítico, 5-14.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:
- González, F. (2004). La Democracia como concepto Sociopolítico, 5-14.
-Feito, R. (2010). Escuela y democracia. Política y Sociedad,
47 (2), 47-61.
-Martínez, À. (2003). ¿Qué dices tú, hoy, de la democracia en
la escuela? Revista Interuniversitaria de Formación del Profesorado, 17 (3),
105-128.
-Molina, I. (1998). Conceptos fundamentales de Ciencia
Política. Madrid: Alianza Editorial.
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